La meditación es una poderosa práctica en gran parte de las tradiciones espirituales, que lamentablemente hemos mal entendido como "práctica de relajación" en un mundo que demanda un ser productivo.
"Medita solo 20 minutos al día y serás más feliz" (como si la felicidad sea una meta en la vida) aislando la "meditación" como acto funcional al servicio de nuestro vivir acelerado.
La "nueva era" y la "espiritualidad materialista" adornan la meditación que venden como si fuese fácil y ligera, pero la meditación genuina es una disciplina compleja, que demanda entrenamiento, compromiso y sacrificio. La palabra meditación proviene de la palabra latina meditatum, que significa "concentrarse", por lo que poco y nada tiene que ver con una práctica para relajarse o "sentirse feliz" .
Uno de los resultados de la meditación genuina es la plenitud y paz interna, lo cual de manera natural se presenta en el nivel emocional como relajación y liberación de estrés, pero esa no es su función en lo absoluto.
Hay muchas definiciones de meditaciones hoy en día, es por esto que prefiero entender la práctica desde el concepto de la "contemplación", donde podremos observar de manera externa el contenido racional y emocional de nuestra mente, mirando profundamente nuestras sombras y distracciones, logrando una
des-identificación del ego y un vaciado de nuestra mente.
Con esto permitimos que nuestro vivir florezca, siendo más consciente para así desarrollar distintas virtudes espirituales como lo pueden ser la compasión, paciencia, quietud, la gratitud, etc.
Ya... ¿pero como se hace eso?
Hay muchas escuelas y técnicas, y hoy te compartiré una manera muy simple para comenzar a practicar:
El Fluir del Silencio
(inspirado en meditaciones budistas, taoístas y el trabajo de Richard Rohr)
El silencio es una experiencia personal que nos permite poder llegar a nuevos estados de consciencia, el cual es complejo de lograr en estos tiempos de constantes distracciones.
Busca un lugar lo más silencioso posible (con práctica podrás realizarlo en cualquier parte) cierra tus ojos (con práctica puedes hacerlo con los ojos abiertos) y mantente en completo silencio mientras imaginas que estas a la orilla de un rio
Todo pasa, todo se mueve. Siente la qualia del silencio.
Cada vez que venga un pensamiento o una emoción, verás en tu imaginación un bote y le dirás :
"Pablo está pensando en..."
Dices tu nombre y nombras tu pensamiento (o emoción). Al terminar de nombrarlo, imaginas que el bote se va por la corriente, y con ello tal pensamiento o emoción fluye por el río (de la consciencia).
Y comienza nuevamente a sentir el silencio. Si aparece nuevamente un pensamiento o emoción, repites el proceso.
Así de simple.
Practícalo constantemente y comenzarás a entender un poco más de la naturaleza de la mente y la capacidad de enfocarnos, desde una consciencia que trasciende lo cotidiano.
Aun cuando se puede entender la meditación/contemplación como una práctica en si, finalmente se puede volver en un estilo de vida, donde toda acción toma nueva consciencia.
Solamente cuando te vacías de lo conocido
permites espacio para el Misterio
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