Cada ser humano posee una diversidad única, pero uno de los puntos en común que nos une fundamentalmente es ser parte del sistema de la humanidad, el cual está inmerso en el ecosistema.
Todas las personas estamos bajo el manto de los hábitos de Gaia. La Madre Naturaleza nos inspira y nos enseña a vivir, así como una madre nos abraza y nos cuida con su ternura. Algunos incluso dicen que la Tierra es un útero que nos hace crecer y más pronto que tarde, nacer.
La teología natural y el Taoísmo entendieron muy buen la relación de la Creación con el trascendente Misterio creador, observando los balances, la dialéctica de lo oscuro y lo claro y los ciclos naturales como parte del afinado diseño en el cual estamos.
En el dinamismo de lo natural, observamos el movimiento constante tanto en si mismo (como una rueda) como hacia adelante. La naturaleza nos enseña que avanzar es el curso natural del fluir. El tiempo de manera natural nunca ha ido hacia atrás, el futuro es la única certeza.
Luego de cada noche, aparece un nuevo día.
Luego de lo oscuro, viene lo claro y luego de lo claro viene lo oscuro.
Todo está en una constante danza de las manifestaciones de la Luz.
El "Ecoptimismo" permite comprender la posibilidad humana de constante avance desde una perspectiva que une tanto el fluir permanente de la naturaleza y la noción psicológica del "optimismo".
De manera válida podríamos preguntarnos: "¿Para qué ser optimistas?"
Y podriamos responder esta pregunta de variadas maneras, y ahora junto al "Ecoptimismo" podemos recordar que la naturaleza, esa matriz de interconectividades nos enseña a ser optimistas y avanzar.
El optimismo entonces se vuelve no solo un modo de vivir, sino el modo de vivir. El pesimismo por ende se vuelve un anti-vivir que no solo coarta tu experiencia individual, sino que contamina de anti-naturaleza a tu entorno.
Desde esta concepción no-moral del "Ecoptimismo", podemos re-observar
el "optimismo" no como comúnmente se entiende , como el deseo de que todo "estará bien" esperando "cosas positivas" (una definición reduccionista que también critica Martin Seligman), sino recordar que "todo ESTÁ bien", sin importar las circunstancias "buenas" o "malas".
Por supuesto que aun podemos percibir dualmente las experiencias como "buenas" o "malas", no te pido que dejes esto de lado, sino que simplemente veamos en la naturaleza un paradigma no-dual de optimismo teleológico.
Somos parte de un ecosistema misterioso de esperanza natural.
Basta con simplemente conectarse con lo natural para darse cuenta que tanta belleza tiene un propósito, con lo cual solo podemos agradecer y contemplar.
Recuerda entonces cada mañana simplemente conectarte con el "Ecoptimismo" y recordar que todo está creado para inspirar tu potencial diario de avance, crecimiento, evolución y aprendizaje.
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