Reflexiones Significativas: Los Lotófagos



Estás dormido sin sentido como los lotófagos de la Odisea?
Estás enfocado en la aventura heróica del vivir?

  El vivir es una fascinante aventura de dolor, el cual puede ser significativo o mero sufrimiento sin propósito aparente. Vivir es sufrir dijo Buda, toma tu cruz y sígueme dijo Jesús.  Gurdjeff nos dijo que estamos dormidos y necesitamos despertar de nuestra inconsciencia, Jung nos llamó a integrar las sombras de la Psique y sus miedos. 

 Desde la Logoterapia se comprende que la voluntad humana no está fundamentalmente ni el placer ni en el poder, sino el sentido. Todo vivir es llevadero si contiene un propósito. 

Como decía Nietzsche, "Aquel que tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo".


 Muchas veces caemos en el miedo al vivir y la comodidad perezosa como forma de defensa psicológica frente a los aparentes peligros del futuro. Se prefiere un vivir anestesiado para no sentir, caer en un estado soporífero que me proteja del sufrimiento. 

La adicción al placer, la felicidad como ilusión constante y simplemente no tener un sentido nos puede llevar a reencarnar a los lotófagos de la Odisea, aquellos que perdieron el rumbo y sucumbieron ante el poder narcótico, aquellos que quieren olvidar que el llamado humano es a la aventura, a la acción, a la expansión heroica.

 El mundo siempre ha sido desconocido, el afuera siempre puede traer peligros, lo importante es no dejar drogarse por el placer vacío que solo esconde un terror a la condición del ser.   

Descansar es humano, pero perder la esperanza por lo humano es el gran error que nos lleva a dormir la consciencia. 
La pandemia de ansiedades nos hace creer que vivir está mal. Los antinatalistas y su paradójica posición antihumana nos quieren convencer de la inutilidad inherente de la existencia, las escorias del poder que nos gobierna, la suciedad de la sociedad que habitamos, todo es la flor de loto que nos mantiene en un estado de mera máquina sin alma.  

El vivir es duro y a la vez bello. Es terrible y a la vez tremendo. Es misterioso y pavoroso, y solo aquellas y aquellos dispuestos a tomar ese lugar podrán descubrir la majestuosidad de ser humano.   

Somos los cuidadores de este jardín, y lo estamos destruyendo a pedazos. 
Nos revelamos frente al Padre Cielo, abusamos a la Madre Tierra. 

Pero sigo creyendo en el Amor como centro fundamental. 
Sigo creyendo en el potencial humano, y lo veo día a día en mis consultantes.

Sigamos remando hacia ese futuro imaginable y posible donde el sentido nos mueva.




 

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